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miércoles, 15 de diciembre de 2010

LOS MATERIALES Y EL DESARROLLO DEL CURRICULUM: LA LÓGICA TÉCNICA VERSUS PRÁCTICA



Como ya hemos indicado los materiales curriculares no sólo influyen en lo que pueda aprender el alumnado. Afectan también a los procesos de diseminación y puesta en práctica de los currículos ya que es a través de los materiales cómo se le hace saber al profesorado en qué consiste la filosofía y contenido pedagógico de un programa o proyecto curricular, y será a través de los materiales cómo éstos podrán implementar dichos programas en el aula.

Los materiales curriculares son una estrategia clave para la difusión y desarrollo de innovaciones educativa. Éstos representan el elemento simbólico más representativo de las señas de identidad de una propuesta de reforma o innovación educativa. Uno de los signos que evidencian los cambios curriculares son la aparición de nuevos medios y materiales. En este sentido, el contexto español desde hace varias décadas ha sido pródigo en procesos de reforma educativa y en consecuencia disponemos de ejemplos ilustrativos del papel que juegan los materiales curriculares en dichos procesos. Recuérdese al respecto cómo la reforma educativa de la Ley General de Educación en la década de los años setenta se apoyó en la elaboración de nuevos textos escolares y en la utilización de las denominadas “fichas individualizadas”. Algo similar ocurrió con los materiales “globalizados” de los Programas Renovados de Preescolar y Ciclo Inicial desarrollados en los primeros años de la década de los ochenta. En estos momentos estamos asistiendo a una numerosa y variada oferta de nuevos materiales que realizan las editoriales y las administraciones educativas como consecuencia del desarrollo de la LOGSE.

Lo que estamos planteando es que el material curricular no es algo que funcione en el vacío o al margen de una determinada realidad curricular, sino que es un elemento integrado en unas coordenadas socioeducativas concretas y se elabora bajo los parámentos de ciertas concepciones de la enseñanza, de la cultura y el conocimiento, de la profesionalidad docente, del cambio educativo, que implícita o explícitamente quedarán reflejadas en los materiales. En consecuencia, cualquier material curricular adoptará características, formatos y funciones bien distintas según sea el modelo o concepción de curriculum bajo el cual se elabora.

Si el curriculum se concibe como un plan técnicamente racionalizado de procedimientos de modo que el docente tenga que ejecutar paso a paso, linealmente las directrices planificadas por expertos, entonces el material curricular se caracterizará por ser un recurso altamente prescriptivo y detallado de las acciones que el profesor debe desarrollar ante las situaciones previsibles de enseñanza.

Desde una perspectiva diferente, el curriculum puede entenderse como un proyecto global, como un marco de referencia esencialmente cultural a partir del cual el profesor habrá de interpretar, matizar y definir situaciones, contenidos, procedimientos y métodos de actuación en el aula. De este modo, el material tenderá a adoptar características abiertas, poco estructuradoras de la práctica permitiendo usos y aplicaciones flexibles de dicho material.

A continuación realizaremos una breve aproximación a la lógica y funcionalidad que los medios desempeñan en los procesos de diseño y desarrollo de innovaciones curriculares (véase con mayor extensión un trabajo anterior de Area, 1991). Primero presentaremos una breve caracterización del papel de los materiales en el marco de una concepción y proceso curricular de corte técnico, racional y cerrado.

Finalizaremos esbozando otro marco de racionalidad en el rol y funciones que habrían de asumir los medios cuando éstos están integrados dentro de otras concepciones sobre el diseño y desarrollo del currículum caracterizadas por una orientación práctica, más abierta, deliberativa y participativa del conjunto de agentes educativos.


La Lógica Técnico-Racionalista: Los Materiales a “Prueba de Profesores”

Una orientación técnico-racional de la innovación y desarrollo del currículum supone conceder y concentrar el interés prioritario en la fase del diseño curricular ya que se presupone que, ofertando un programa estructurado y racionalizado, su puesta en práctica planteará pocas dificultades. Consecuentemente, la fase de diseminación tendrá un marcado carácter informativo (se difunde y se da a conocer entre el profesorado para que lo asuma y actúe en consecuencia con el mismo) y la fase de desarrollo en los centros y aulas tenderá a reproducir con fidelidad las prescripciones ofertadas desde las instancias administrativas.

Así pues, la producción de materiales se ubicará preferentementeen la fase de diseño del programa asumiendo características similares al mismo. Es decir, será un material elaborado por expertos, altamente estructurado y que tiene la finalidad de representar y transformar los principios y componentes del programa curricular en contenidos y actividades para trabajo en el aula. Estos materiales por tanto, están concebidos como instrumentos que, aunque destinados al aprendizaje del alumno, suplantan las decisiones del profesor en la elaboración de planes de trabajo para su aula.

Es un modelo de producción de materiales que, según Allwright (1981) parte de dos supuestos básicos respecto del profesorado:

Un supuesto de deficiencia, en cuanto los medios serían producidos "para proteger a los alumnos de las deficiencias del profesorado, y así asegurar, en la medida de lo posible, que el Programa sea cubierto adecuadamente y que los ejercicios sean bien enseñados". Es decir, los alumnos podrían alcanzar los objetivos de aprendizaje del currículum, a pesar de que el profesor no esté preparado, siempre y cuando existan materiales que se encarguen de enseñar el currículum. Es decir, son materiales elaborados a prueba de profesores.

Un supuesto de diferencia en cuanto que "las habilidades requeridas para la elaboración de materiales son muy diferentes de las exigidas a los profesores de aula". Es decir, la producción de medios sólo puede ser asumida por expertos ya que se supone que el profesorado carece del conocimiento y destrezas técnicas como para asumir y/o participar en estas tareas.

En síntesis podríamos sugerir que los rasgos que caracterizan la lógica y función otorgada a los materiales en una perspectiva técnicoracional sobre la innovación del curriculum serían:

• El diseño de medios debe ser responsabilidad de expertos técnicos. No tiene sentido ofrecer participación al profesorado en estas tareas ya que no serían propias de su ámbito de competencias, ni dispone del conocimiento y habilidades necesarias para asumirlas.

• La producción de medios es parte de las tareas del diseño curricular. Estos se elaboran a partir de la lógica y estructura del Programa dando respuesta a demandas emanadas de decisiones administrativas, fundamentadas en mayor o menor medida en principios racionales. La producción de medios, por tanto, apenas tiene en cuenta el conocimiento y necesidades generadas desde las situaciones de desarrollo práctico del currículum.

• Estos materiales presentan una estructura cerrada y poco flexible. Es decir, tienden a prefijar y limitar el tipo de proceso y experiencias de aprendizaje con las que habrán de interaccionar el alumno en el aula.

• A su vez, están concebidos para un modelo prototípico de alumno y contexto cultural. Su naturaleza estructurada y su presupuesto de que todos los alumnos habrán de alcanzar por igual lo mínimo exigido por el Programa favorece que su diseño no tenga en cuenta ni las diferencias entre características y necesidades individuales ni los distintos contextos culturales con sus variantes lingüísticas, económicas, y sociales.

• Existe una exceso de confianza en los medios como la estrategia más eficaz para posibilitar que el profesorado desarrolle prácticas instructivas acorde con el programa innovador.

• El uso que el profesor debiera realizar de los materiales exige de él su aplicación mecánica y fiel en el aula. El material internamente ofrece todo lo que los alumnos pueden necesitar para aprender. Su labor por tanto, se simplifica en el sentido de que no tiene que tomar decisiones relevantes y complejas de planificación de su propio currículum. Su foco de atención debe concentrarse básicamente en tareas de gestión y evaluación del uso del material por los alumnos.

Esta visión o perspectiva técnico-racional sobre los materiales curriculares ha adolecido de numerosas limitaciones o puntos débiles en relación a facilitar procesos de mejora curricular y de desarrollo profesional del profesorado. Entre los aspectos críticos que se han formulado a esta perspectiva destacaríamos los siguientes:

• La utilización de este tipo de materiales favorece la descualificación profesional del profesorado ya que los mismos sustituyen y obvian lo que son los procesos decisionales de los profesores sobre su práctica docente. Los convierte en meros usuarios-gestores del material en el aula.

• La existencia de este tipo de materiales representan una forma de control sobre lo que enseñan los profesores y lo que aprenden los alumnos. Dicho control no se ejerce directamente sobre la práctica del profesorado en el aula, sino sobre el material curricular que será utilizado que requiere el visto bueno o aprobación de la administración educativa correspondiente.

• La utilización y aplicación mecánica de los materiales en el aula sin su correspondiente adaptación a las características propias del alumnado y del contexto sociocultural del entorno provoca que se desarrollen procesos uniformes y descontextualizados de enseñanza-aprendizaje.

• La experiencia de reformas curriculares en diversos países ha demostrado que la existencia de estos materiales, si no se acompañan de otro tipo de estrategias paralelas de diseminación, de formación del profesorado y de cambio de las condiciones laborales y organizativas de los centros escolares, apenas generan mejora e innovación de las prácticas educativas. Confiar en los materiales curriculares como la principal estrategia para llevar a la práctica innovaciones educativas es mantener una visión ingenua y simplista de los complejos factores que afectan a los procesos de cambio curricular.


La Lógica Práctica: Los Materiales Curriculares como Producto de la Experiencia del Profesorado

Esta otra racionalidad a la que queremos hacer referencia, y en congruencia con lo que hemos expuesto, significa dar mayor entrada, colaboración y capacidad decisional a los profesores y centros escolares en los mecanismos e instancias de elaboración y distribución de los medios y materiales. En esta orientación o lógica del desarrollo curricular las experiencias prácticas y productos que los profesores realizan con los medios en sus contextos de trabajo son el eje referencial para la producción y difusión de materiales curriculares. Los materiales de este modo se convierten en una estrategia o centro referencial para la movilización de procesos de mejora e innovación educativa y de desarrollo profesional de los docentes. En síntesis esta lógica implicaría ideas y supuestos como los que siguen:

• La producción de medios y materiales no descansa únicamente en instancias técnicas alejadas de la práctica, sino que es el propio profesorado un agente educativo que asume responsabilidades sobre los medios y materiales curriculares que utiliza: bien elaborándolos individual o colectivamente, bien seleccionándolos, bien adaptando materiales previamente existentes tanto del mercado como de otros colegas.

• Se elaboran materiales diversificados territorialmente y adaptados contextualmente a las características de sus usuarios. Si se parte de que el desarrollo curricular asume como condición constitutiva de su naturaleza la variabilidad en función de las diversidades contextuales donde se pone en práctica, del mismo modo, los medios no pueden caracterizarse por ser uniformes y estandarizados en sus contenidos, actividades y propósitos.

• Se tiende a la utilización e integración curricular de los materiales del entorno

• Se desarrollan estrategias y mecanismos para que los materiales elaborados por el propio profesorado (bien de forma individual o bien en grupos o equipos de trabajo) sean difundidos y conocidos entre los propios enseñantes.

• Se facilita y se potencia el intercambio, distribución y elaboración de los materiales en los centros y comarcas. En este punto es necesario destacar que si no existen instancias comarcales que mediaticen, asuman y se responsabilicen de gestionar y posibilitar la puesta en práctica de estas tareas las mismas seguramente no se ejecutarían. En este sentido, los Centros de Recursos es el referente institucional más próximo a esta idea.

• Los medios y materiales pueden ser un pretexto para reorganizar y reformular los espacios y ambientes de aprendizaje de los centros escolares en una perspectiva colaborativa. La introducción de nuevas tecnologías en las escuelas (vídeos, ordenadores) por sus características sofisticadas y coste económico no permiten que cada aula disponga de dichos medios. Lo mismo puede ocurrir con otros tipos de materiales (sala de audiovisuales, laboratorio para ciencias de la naturaleza, museo etnográfico sobre la cultura del entorno, biblioteca para el material impreso). Ello significa que los profesores deben "compartir" dichos espacios. Y compartir supone organizarse, coordinarse, intercambiar y preparar conjuntamente experiencias
yproyectos de utilización conjunta de esos medios y espacios.

En definitiva, esta perspectiva u orientación práctica sobre los materiales curriculares representa un modo de entender y concebir el desarrollo del curriculum no como un proceso estandarizado ni uniforme, sino asumiendo las variantes y diversidades de los contextos y sujetos que lo ponen en práctica. Los materiales curriculares elaborados desde esta lógica tienen la ventaja de que son fruto de la experiencia docente, están adaptados a los rasgos idiosincrásicos del alumnado y del contexto desde el cual surgieron, y suelen ser elaborados en el marco de proyectos de innovación pedagógica. Sin embargo, también es cierto, que muchos de estos materiales presentan una calidad técnica muy limitada (a veces incluso deficiente) ya que han sido elaborados artesanalmente. Por otra parte, la tarea de producción de materiales a gran escala es una actividad compleja y costosa tanto en tiempo como económicamente. Este proceso requiere de un entramado industrial y la participación de distintos agentes e instancias comerciales por lo que resultaría ingenuo plantear que los materiales curriculares elaborados por el profesorado fueran una alternativa radical y realista a los materiales comerciales.

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